Una serie de acontecimientos históricos en la España de los años treinta –sobre todo, el establecimiento de la Segunda República, la formación del Frente Popular y la victoria de éste en las elecciones- fue, sin duda alguna, objeto de atención del mundo entero, y lo fue también de los coreanos. A través de la prensa, la vehemente situación española se transmitió con intensidad a este lejano pueblo y servió de inspiración a aquellos coreanos que buscaron un camino para sacar adelante el movimiento independentista. Sobre todo, cuando aumentaba la necesidad de la formación de un frente unido entre diversas fuerzas del movimiento independentista coreano, y a pesar del esceptismo que existía sobre dicha estrategia, los anarquistas coreanos exiliados en China recibieron la mayor influencia de la actitud de los anarquistas españoles y de la victoria del Frente Popular español. De este modo, los anarquistas coreanos insistían tenazmente en la importancia del frente unido, a veces haciendo referencia al ejemplo español, y reanimaron un exaltado debate a través del cual la perspectiva escé́ptica de los nacionalistas empezó a tornarse positiva. El largo proceso para formar el frente unido resultó fructífero en 1941, cuando la mayoría de las fuerzas del movimiento independentista participaron en el Gobierno Provisional. Mientras, la influencia del frente popular en Corea era tan evidente que la alta policía japonesa, que había venido vigilando el movimiento independentista coreano, se preocupaba también de la posible participación de los coreanos en el movimiento del frente popular.

Una serie de acontecimientos históricos en la España de los años treinta –sobre todo, el establecimiento de la Segunda República, la formación del Frente Popular y la victoria de éste en las elecciones- fue, sin duda alguna, objeto de atención del mundo entero, y lo fue también de los coreanos. A través de la prensa, la vehemente situación española se transmitió con intensidad a este lejano pueblo y servió de inspiración a aquellos coreanos que buscaron un camino para sacar adelante el movimiento independentista. Sobre todo, cuando aumentaba la necesidad de la formación de un frente unido entre diversas fuerzas del movimiento independentista coreano, y a pesar del esceptismo que existía sobre dicha estrategia, los anarquistas coreanos exiliados en China recibieron la mayor influencia de la actitud de los anarquistas españoles y de la victoria del Frente Popular español. De este modo, los anarquistas coreanos insistían tenazmente en la importancia del frente unido, a veces haciendo referencia al ejemplo español, y reanimaron un exaltado debate a través del cual la perspectiva escé́ptica de los nacionalistas empezó a tornarse positiva. El largo proceso para formar el frente unido resultó fructífero en 1941, cuando la mayoría de las fuerzas del movimiento independentista participaron en el Gobierno Provisional. Mientras, la influencia del frente popular en Corea era tan evidente que la alta policía japonesa, que había venido vigilando el movimiento independentista coreano, se preocupaba también de la posible participación de los coreanos en el movimiento del frente popular.

Frente Popular/La Segunda República/Anarquismo/ Relaciones hispano-coreanas