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Don Quixote and Asia as Cervantes’s Spiritual Hometown Min, Yongtae (Korea University) Nuestra investigacíon consiste en escudriñar las imágenes de Asia y del Extremo-oriente, expuestas en el Quijote. No es de extrañar que Cervantes hablará de la invitación que le haría el Emperador de China, proponiéndole la lectura del Quijote en un colegio de su Imperio, cosa bastante probable en mi juicio, a de pecho de tantas sospechas impertinentes y burlonas de los estudiosos de antaño. Creemos que hay tres modos de interpretar el Oriente en el Quijote: La imagen de Dulcinea achinada a la luz de Angélica de Ariosto, Candaya y el Preste Juan de la Indias y la China histórico-real, realista. A Cervantes le interesó demasiado la leyenda de Gallinato, probable rey de algún reino de Asia, tal vez Camboya o Thandaya(Filipinas) o Cathaya o Catay. No importa cuál sea el nombre más probable, el más inspirador de Candaya en el viaje imaginario de Don Quijote y Sancho. Nos importa que Cervantes y Don Quijote soñaban con algún reino asiático donde gobiernan y cantan así los poetas como los pastores-labradores. Don Quijote y Sancho quisieron alcanzar la suerte de ser reyes en alguna parte de Asia como lo fuera Gallinato en una isla cercana a Filipinas. Para ello necesitaban luchar a duras penas contra los gigantes y demonios, símbolos de la discordia y mala suerte del mundo que abundan en los reinos un poco amarginados. Y esta lucha era en realidad la lucha diaria de Cervantes para no caer en la desesperación y meseria de la realidad hambrienta que le sofocaba en un abismo sin fondo. Don Quijote y Cervantes soñaban hasta el último monento con el Oriente donde nace el Sol, con Asia donde hay suertes y poesía y paz.


Don Quixote and Asia as Cervantes’s Spiritual Hometown Min, Yongtae (Korea University) Nuestra investigacíon consiste en escudriñar las imágenes de Asia y del Extremo-oriente, expuestas en el Quijote. No es de extrañar que Cervantes hablará de la invitación que le haría el Emperador de China, proponiéndole la lectura del Quijote en un colegio de su Imperio, cosa bastante probable en mi juicio, a de pecho de tantas sospechas impertinentes y burlonas de los estudiosos de antaño. Creemos que hay tres modos de interpretar el Oriente en el Quijote: La imagen de Dulcinea achinada a la luz de Angélica de Ariosto, Candaya y el Preste Juan de la Indias y la China histórico-real, realista. A Cervantes le interesó demasiado la leyenda de Gallinato, probable rey de algún reino de Asia, tal vez Camboya o Thandaya(Filipinas) o Cathaya o Catay. No importa cuál sea el nombre más probable, el más inspirador de Candaya en el viaje imaginario de Don Quijote y Sancho. Nos importa que Cervantes y Don Quijote soñaban con algún reino asiático donde gobiernan y cantan así los poetas como los pastores-labradores. Don Quijote y Sancho quisieron alcanzar la suerte de ser reyes en alguna parte de Asia como lo fuera Gallinato en una isla cercana a Filipinas. Para ello necesitaban luchar a duras penas contra los gigantes y demonios, símbolos de la discordia y mala suerte del mundo que abundan en los reinos un poco amarginados. Y esta lucha era en realidad la lucha diaria de Cervantes para no caer en la desesperación y meseria de la realidad hambrienta que le sofocaba en un abismo sin fondo. Don Quijote y Cervantes soñaban hasta el último monento con el Oriente donde nace el Sol, con Asia donde hay suertes y poesía y paz.